Bueno, me mire a los ojos a través del espejo, reconocí mi propia alma y me dije a mi misma: eres mucho más que tu cuerpo físico, eres divinidad, eres amor, posees el universo dentro de ti. Y así es como nació esta ilustración, una imagen llena de divinidad femenina.
Soy la mujer que se cura sola, la que baila con el viento, la que llama y venera a la tierra, la que se purifica con agua y la que invoca al fuego. Soy una mujer libre, que siente su amor, que está aquí y está consigo misma, una mujer que es capaz de cuidarse y amarse incondicionalmente. Soy una mujer que observa, analiza y cuestiona lo que se encuentra a su alrededor, una mujer sin miedo y que no se detiene, una mujer que ha despertado y ha comenzado a vivir.
Bella mujer que está leyendo esto, te envío un fuerte abrazo y te invito a que leas el anterior párrafo con una intención de meramente amor, recuérdalo todos los días, que el significado de este texto se convierta en nuestra realidad. Nos sueño libres, sin miedo, juntas, fuertes y mágicas.